La semana pasada, en una reunión informal con varios miembros de un fondo de inversión asociado a empresas familiares (de Valladolid), me preguntaron por Alhaurín el Grande, Valle del Guadalhorce en general, sobre posibles inversiones. No llevo mucho tiempo en Alhaurín, Valle del Guadalhorce, por lo que mi opinión no es muy fundamentada.
Primero de todo, una breve exposición de cómo funcionan este tipo de fondos, que ya conoceréis probablemente. No invierten en ideas, invierten en empresas en su fase inicial pero con expectativas de crecimiento importante. Piden rentabilidades altas, de otro modo invierten el dinero en apuestas más seguras. Cada fondo tiene unas características específicas, en función de los miembros sobre los sectores que les gusta invertir. El emprendedor, expone su proyecto primero al gestor del fondo (que analiza la empresa en profundidad en todas las áreas) y si lo considera viable, se presenta a los miembros del fondo que deciden si invertir o no. Rechazan la mayoría de las propuestas, son muy exigentes con los proyectos, pero algunos salen adelante.
Otro día exponemos los cálculos que hacen, de forma resumida, para exigir unos resultados a las empresas donde invierten. Los fondos de capital riesgo que invierten en startutps de nuevas tecnologías suelen pedir multiplicar por diez su inversión en cinco años, es un sector muy exigente. Aparte de los contratos que plantean al emprendedor, que son también exigentes.
Respecto a Alhaurín, la actividad económica es la propia del Valle del Guadalhorce, con sus características específicas. Cualquier sector puede plantear un proyecto empresarial nuevo y con alto potencial de crecimiento, pero hay que dominarlo muy bien, tener una propuesta de valor definida y plan de negocio adecuado. Y, como es lógico, sometido a las incertidumbres del mercado.
Alhaurín está trabajando muy bien una imagen de “jardín”, asociándola a las actividades económicas principales del pueblo. Este es un factor relevante sobre el que apoyarse. Añadido al posicionamiento del Valle del Guadalhorce en valores sostenibles con el medioambiente y calidad de los frutos de la tierra. Las áreas de alimentación, turismo, inmobiliario,…etc., están ya bien trabajadas y podría haber iniciativas interesantes, pero a mí no se me ocurren para un inversor (para un prestamista, sí, que es muy distinto). Creo que en cosmética, jabones fundamentalmente, podría merecer la pena pensar sobre ello.
Alhaurín tiene las materias primas necesarias (frutas, flores, aceite,…). Tiene un posicionamiento sostenible con el medioambiente muy firme. La imagen de jardín es muy apropiada, da credibilidad al producto. Y fabricar jabón, al principio, no requiere una gran inversión.
Estos es solo una especulación sobre ideas. A un inversor no le interesa hacer jabón artesanal para vender en mercadillos el fin de semana, le interesa hacer jabón artesanal, ecológico y venderlo en canales adecuados para rentabilizar su inversión. Nada sencillo.
De esta idea ya he comentado con varias personas, pero es solo un ejercicio de ideas. A la hora de evaluar un proyecto, hay que hacerlo con todo rigor en todas las facetas del mismo. Hacer con rigor los pasos previos de un proyecto empresarial, propuesta de valor y plan de negocio, no garantizan éxito, pero si los haces sin rigor, es garantía de fracaso casi seguro.
Si queréis comentar sobre estos puntos, encantados de charlar sobre ello en CSASOCIADOS, será un placer.
